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SAFEWORKER: Desarrollo de una metodología que permite la validación de Exoesqueletos como sistemas de apoyo a la persona trabajadora en sus tareas diarias en la línea de producción, haciendo de la empresa un espacio mejor y más seguro para las personas

Publicado el: 19/01/2017
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Según los datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, los trastornos músculo esqueléticos se mantienen como la segunda causa de absentismo laboral por IT en la industria, pese a que se ha incrementado la incorporación a los sistemas productivos de Robots u otros sistemas automáticos que permiten reducir el esfuerzo que tienen que realizar los operarios y operarias.

Por lo tanto, en la búsqueda de minimizar dichos trastornos músculo esqueléticos, se constata una necesidad creciente de contar con dispositivos de asistencia física (exoesqueletos) que apoyen el trabajo de las personas, permitiendo mejorar sus condiciones de trabajo e incrementar la calidad, la productividad y la rentabilidad. Pero en la práctica esta incorporación no resulta sencilla, ya que a día de hoy no existe ninguna normativa ni método o métrica de referencia, que nos permita evaluar las ventajas de integrar estos sistemas de manera que realicen las operaciones de forma conjunta con la persona. Es en ese punto donde CTAG ha desarrollado una metodología de evaluación de exoesqueletos que permite determinar qué dispositivo de asistencia física se adapta a un puesto específico y establecer si dicho dispositivo ayuda efectivamente en la tarea de modo que, en base a los resultados, se recomiende o no su uso de manera definitiva.

La metodología desarrollada por CTAG, incluye tanto medidas objetivas del uso del dispositivo (postura, ritmo cardíaco, actividad muscular, etc.), como opiniones subjetivas de los/as trabajadores/as. De modo que, para la composición de los resultados, se analizan campos relativos a la ergonomía, la medicina, la prevención, la ingeniería y la producción.

Este protocolo ha sido aplicado en empresas como el grupo PSA y el grupo Faurecia, dando como resultado, en algunos casos, la implementación del uso de un exoesqueleto en el puesto de trabajo, que actúa de forma complementaria al/a la trabajador/a, asistiendo y sin reemplazar al operario/a, ya que la presencia humana sigue siendo necesaria a la hora de realizar trabajos de precisión y en donde la automatización no resulta posible o rentable.